Los guantes de calidad quirúrgica o de quirófano, se consiguen en cualquier farmacia, pues también los usan un buen número de otros profesionales como dermatólogos, estilistas, odontólogos, etc.
Una caja con 100 pares parecería exagerado, pero es que cuesta... menos de 3 dólares.
En todo caso, comprarlos de la mayor talla posible.

Con las tijeras cortamos los dedos y el borde de refuerzo en la zona de la muñeca y desechamos estos recortes.

Cortamos el tubo que queda y repasamos los bordes con un cortador bien afilado y bien asentado, para que no queden mordiscos sino bordes rectos, con el fin de obtener un rectángulo lo más grande posible.

Es posible que las piezas obtenidas en estos primeros pasos nos sirvan como velas de juanete, pero para vergas más largas, será necesario pegar dos o más “paños”.
Lo haremos untando cemento de contacto en uno de los bordes y —antes de que seque demasiado—, pegamos la otra pieza, cuidando que no se formen arrugas y... ¡voilà tout!