Anclas


Las anclas eran elementos de primerísima necesidad en los navíos y accesorios de máxima vistosidad en nuestros modelos.
Para la elaboración de éstas, utilizamos alambre sólido de cobre calibre AWG 8 (3,3 mm). En un taller de joyería cercano, lo pasaron por la trefiladora manual, dejándolo de sección cuadrada de 2,9 × 2,9 mm, lo cual está más acorde con los diseños de la época (a falta de esta facilidad, podemos aplanarlo con martllo). Las uñas se hacen con chapa de cobre delgada y el arganeo, con alambre de cobre de 1 mm.
El cepo es de madera.



Herramientas

Mototool
Disco delgados de corte
Manos libres
Soldador
Limas, lijas, etc.

Materiales

Alambres de cobre (ver arriba)
Pasta para soldar
Soldadura de estaño
Listones de 3 y 1,5 mm de espesor
Soldadura epóxica de 2 componentes (opcional)



Con ayuda de las plantillas de dimensiones, cortamos y curvamos las piezas metálicas que formarán el ancla.






Una vez soldadas las partes, fabricamos el cepo de madera, ajustándonos a la caña del ancla.
Esta pieza está conformada por cuatro listoncillos: dos cortos que se apoyan contra la caña y dos largos, a manera de tapas, que abrazan el conjunto.
Para facilitar la construcción, a uno de los largos se le pegan los dos cortos, usando el espesor de la caña como separador de los listones cortos. Cuando el cuerpo del ancla esté pintado y acabado, se monta el cepo, pegando el otro listón largo.


Para quienes no quieran complicarse con la soldadura de estaño (izquierda), explorar la opción de soldadura epóxica de 2 componentes (derecha), de secado rápido (de 10 minutos a 3 horas).
Una vez pulidas las soldaduras, el acabado y forma son iguales en ambos sistemas y se hacen indistinguibles al pintarlas...



Las partes metálicas se pintan de negro cálido (warm black) para simular el hierro.
Se instala el cepo y se perfora de lado a lado para introducir alambres de cobre que simularán pernos de amarre.
Se tiñe la madera con tintilla color sepia y —cuando todo esté bien seco—, se enrolla en el arganeo un hilo delgado que en las anclas reales servía para proteger el cabo principal de amarre del ancla.
Una leve tonalidad anaranjada le dará vida al orín del hierro expuesto a las inclemencias del clima.






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